Es un hecho bien conocido que la pandemia hizo que los nacimientos a nivel global colapsaran y que se mantuvieran en niveles por debajo de los necesarios para estabilizar el crecimiento de la población. También sabemos que el envejecimiento de la población ejerce una gran presión sobre los sistemas de pensiones y de salud, ya que menos trabajadores se ven en la obligación de mantener a más pacientes y pensionados. Este gráfico demuestra que después de haber aumentado consistentemente desde la década de los 80s, la tasa de apoyo global, o la proporción de trabajadores por consumidor, alcanzó su punto máximo hace unos años y se prevé que colapse a niveles no vistos desde la década de los 70s. Las noticias están llenas de predicciones alarmistas del envejecimiento de las poblaciones de Europa, Asia del norte y Norteamérica, junto con sus terribles repercusiones. Después de muchos años de políticas gubernamentales fallidas para aumentar las tasas de fertilidad (por ejemplo, que China eliminara su política del hijo único), existe la sensación entre las autoridades que no hay mucho más que puedan hacer para incentivar a la población a tener más hijos. Estudios han mostrado que, a medida que las personas se retiran, tienden a ahorrar menos y a gastar más. A medida que el total de ahorro mundial disminuye, a su vez ejerce una presión alcista en las tasas de interés de equilibrio reales, así como en los rendimientos de los bonos. Al enfrentarse con este panorama, los gobiernos muy probablemente aumenten su gasto para fomentar la maternidad. Los déficits presupuestales mayores y/o permanentes también agotarán los ahorros nacionales e impulsarán al alza las tasas. Estas consideraciones demográficas han soportado una de nuestras tesis de inversión más recientes, a saber, el final del mercado alcista de bonos de los últimos 40 años. Un corolario importante de esta tesis es que las tasas de interés han comenzado una tendencia alcista estructural con máximos mayores y máximos menores, aun cuando puedan caer temporalmente durante los periodos de recesión.
Pero ¿qué pasaría si las tasas de natalidad aumentaran por sí solas a pesar de la política del gobierno? ¿Qué pasaría si las tasas globales de fertilidad, en vez de seguir cayendo, hubieran tocado fondo y estuvieran a punto de aumentar considerablemente? Un estudio de 2019 de la revista Evolution and Human Behavior, realizado por Jason Collins y Lionel Page, sugiere que nuestra modelación de población es incorrecta porque utiliza supuestos de tasas de fertilidad de largo plazo constantes. En su reemplazo, los autores introducen una modelación dinámica que incorpora fertilidad heredable basada en biología evolutiva. En vez de estabilizarse alrededor de un nivel de largo plazo para las naciones desarrolladas, las tasas de fertilidad tienden a aumentar a medida que los hijos de familias más grandes representan una mayor proporción de la población y, en parte, comparten el rasgo de sus padres de tener una mayor descendencia. En otras palabras, tanto la evolución cultural como la genética van a seleccionar a las familias que deseen tener más hijos. Para mayor aclaración, el deseo de tener más hijos es tan heredable como lo es la altura o el coeficiente intelectual. Dado que las fuerzas culturales han reprimido la fertilidad durante los últimos siglos – realmente desde la Revolución Industrial –, una proporción cada vez mayor de personas con una mayor propensión a tener más hijos tendrá hijos. Cuando el entorno cambia rápidamente (desde principios del siglo XIX, por ejemplo) que las estrategias de reproducción se vuelven subóptimas, la selección natural responde rápidamente. Sus resultados sugieren que la población mundial crecerá mucho más rápido de lo que actualmente se espera. En su modelo, sin el efecto de la herencia, la tasa de fertilidad global cae hasta 1.82 al final de este siglo, nivel por debajo del umbral de reemplazo poblacional. Pero una vez se incorporan factores de heredabilidad, la tasa aumenta a 2.21, muy por encima del umbral. Si lo anterior es cierto, tendría implicaciones masivas en la política global desde el cambio climático hasta patrones migratorios, conflictos globales, e incluso en los asentamientos humanos extraplanetarios. Y tal y como lo demuestra este gráfico, los efectos son más pronunciados en las zonas en donde menos se esperaría: Europa y Norteamérica. Su modelo proyecta que las tasas de fertilidad de Europa y Norteamérica aumentarían hasta 2.46 y 2.67, respectivamente, por encima de los promedios globales y en contra del sentido común, dados los modelos de proyección de población actuales. En un evento reciente, Elon Musk afirmó “si la gente no tiene más hijos, la civilización se derrumbará.”. Él está en lo correcto. El progreso, la tecnología, y los efectos de red funcionan mejor cuanto más altas son las variables de “n”: entre más gente, mejor. Pero puede que no tengamos que hacer nada al respecto desde una perspectiva política, ya que las presiones de selección natural podrían estar eliminando a aquellos de nosotros menos inclinados a tener hijos. Como nos lo recordaba el doctor Ian Malcom en Jurassic Park, “la vida encuentra un camino.”.
Ahmed Riesgo – Insigneo’s Chief Investment Officer
Mr. Riesgo oversees all the company’s research and investment functions. This includes investment strategy, devising and implementing the firm’s global market views and asset allocation, communicating them to its clients and the public, and managing the firm’s model portfolios. In addition, he is the Chairman of the Insigneo Investment Committee.